La plataforma trae de nuevo a la pantalla la polémica sobre uno de los crímenes más importante de Estados Unidos
Un matrimonio mortal en Carolina del Norte, el nuevo true crimen de Netflix, tiene una complicada labor. Eso, al contar dos versiones totalmente opuestas de un mismo hecho. En 2015, un caso estremecedor sacudió tanto a Irlanda como a Estados Unidos. Se trató del asesinato del ciudadano irlandés Jason Corbett a manos de su esposa Molly y el padre de esta, Thomas Martens. Todo en medio de lo que parecía un confuso escenario de agresión doméstica. Pero lo cierto es que el testimonio de Molly, que afirmaba debió luchar por su vida y la de su padre, pronto despertó múltiples dudas. En especial, cuando los primeros datos de la autopsia forense revelaron que Jason había sufrido una muerte dolorosa y brutal.

La producción, de Netflix, se filmó en un momento crucial. Molly y su padre estaban en libertad condicional mientras esperaban enfrentar un nuevo proceso legal. Originalmente, ambos fueron declarados culpables de asesinato en segundo grado en 2017, pero la sentencia fue anulada. El documental se adentra en esta compleja maraña judicial, mostrando cómo, en lugar de ir a juicio otra vez, optaron por negociar los cargos. Thomas admitió haber cometido homicidio voluntario; Molly, en cambio, insistió en su inocencia.
El documental se esfuerza por mostrar que no se trata solo de la pérdida de un padre. También, que todo lo aconteció después es un largo proceso de recuperación emocional y de construcción de identidad. De modo que la historia de Jack y Sarah es, en última instancia, la de cómo dos niños atrapados en el epicentro de una tragedia. Pero que lograron sobrevivir, sanar y afirmarse con una fuerza que conmueve incluso a los más escépticos. Por lo que Un matrimonio mortal en Carolina del Norte termina siendo tanto una crónica criminal como un testimonio del amor familiar que resiste incluso la peor de las tormentas.
Fuente: Hipertextual


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