La nueva y última cinta de la saga se ha convertido en la más complicada de crear según el director y los protagonistas
La cuarta entrega de la franquicia de El Conjuro se inspira en un caso real que ocurrió en la década de 1980, cuando la familia Smurl, de Pennsylvania, vivió una serie de acontecimientos paranormales que llamaron la atención de todo Estados Unidos, y que aún causa terror entre los amantes del cine.

La familia Smurl vivía en una casa de la cuadra 300 de la calle Chase en West Pittston, que fue construida en 1910 sobre unas antiguas minas de carbón. Pese a ser un barrio tranquilo, a finales de 1970 y en la década de los ochenta comenzaron los eventos paranormales que inspirarían a la exitosa saga de películas de terror..
Tras verse superados por manifestaciones paranormales oscuras y violentas, y haber contactado a sacerdotes y a otros expertos en la materia, la familia se comunicó con los investigadores Ed y Lorraine Warren en 1986.
Los protagonistas de esta historia son el matrimonio Jack y Janet Smurl, quienes se establecieron junto a sus dos hijas en la antigua casa en la que comenzarían a vivir una historia de terror.
La familia reportó eventos inexplicables, que comenzaron con algunos ruidos y olores extraños que no tenían explicación, y que pronto escalaron a una tortura física y psicológica contra de cada uno de los habitantes de la casa.
El matrimonio Warren intervino y realizaron diversos exorcismos para acabar con los entes oscuros, aunque el caso estuvo rodeado de controversia, ya que muchos aseguraban que todo se trató de un montaje.
La producción mostrará a las cuatro entidades descubiertas por los Warren en la casa de los Smurl, las cuales torturaron física y emocionalmente a la familia
Este caso es diferente a todos los que atendieron Ed y Lorraine, pues no fue resuelto con claridad. El tráiler también muestra algunas referencias a películas anteriores, como el cuadro del demonio Valak o la urna de la muñeca Anabelle.
Fuente: La Nación


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